CENTROS COMERCIALES

La complejidad de la seguridad en un centro comercial es comparable con la gestión de seguridad de una ciudad o pueblo turístico, ya que ambas comparten muchas necesidades: el control y protección de grandes zonas peatonales, la seguridad de personas y bienes, el control de aforo en zonas de ocio, el control de alarmas generales y particulares en comercios, la gestión de zonas de parking, la entrada de mercancías de comercios y servicios, seguridad anti agresión o robo, extravío de personas adultas o menores, vandalismo, etc.

Todas estas problemáticas pueden complicarse dependiendo de la ubicación y características del edificio. No es lo mismo que se trate de un centro comercial de arquitectura llana con pocas plantas y muchas calles o que sea un centro comercial de arquitectura vertical con muchas plantas, sistemas de elevación y montacargas. También hay que tener en cuenta que dentro de un centro comercial existen desde áreas de libre acceso, áreas protegidas (como almacenes de mercancías), áreas de alta seguridad y mantenimiento, zonas administrativas, etc. Cada una de ellas necesita un plan de seguridad adaptado a sus riesgos, que se ajuste a la arquitectura del centro y al volumen de personas que lo transitan.

La presencia de personal de seguridad en estas grandes superficies es indispensable y ayuda a minimizar las diferentes problemáticas que surgen a diario, pero si se refuerza con la instalación de sistemas de control de accesos y de seguridad avanzados, los tiempos de actuación se reducen enormemente y se optimizan los costes de personal. Los protocolos de actuación del personal y de los elementos de seguridad deben estar perfectamente coordinados para que nada obstaculice el funcionamiento normal de las tiendas y espacios de ocio.

La seguridad de los diferentes almacenes es de máxima importancia. El control de los accesos de carga y descarga debe ser flexible para poder generar nuevas acreditaciones con rapidez y ágil para permitir la rotación del personal en las tiendas. Para ello, el software resulta vital, ya que es la clave de la asignación de permisos y privilegios de una forma rápida y sencilla. Por otro lado, las nuevas tecnologías RFID aplicadas al etiquetado de los productos consiguen reducir en gran medida los niveles de hurto y contribuyen a disuadir a posibles ladrones.