El sistema de lectura de matrículas (LPR) obtiene imágenes mediante una cámara especial, normalmente en blanco y negro, con buena definición y capaz de leer imágenes infrarrojas (IR).
En cada lectura, un foco de LEDs infrarrojos ilumina la zona donde pueda haber una placa de matrícula. El fondo reflectante de la placa provoca que el haz de luz rebote e inicie el proceso de lectura.
Al utilizar solo lectura infrarroja, se elimina el problema de diferencias de iluminación entre día y noche o deslumbramientos por contraluces.
El sistema dispone de 25 imágenes por segundo para comparar y elegir la más adecuada para realizar la lectura.
Además las imágenes son procesadas en un software de visión artificial. Este software utiliza potentes algoritmos capaces de discriminar las zonas que contaminan la lectura y de reconstruir partes dañadas o con mala visibilidad en las placas. Estos algoritmos mejoran día a día, llegando a leer placas mal iluminadas o deterioradas, e incluso descifrar el color y la marca del vehículo.
Todos los datos capturados (Fecha, Hora, Placa de matrícula, Sentido de Paso, Nacionalidad, Calidad de imagen, Velocidad, etc.) se almacenan en una base de datos. Estos datos pueden ser utilizados en programas propios del sistema o en aplicaciones externas de otros integradores.
La mayoría de sistemas permiten asociar varias cámaras a la lectura de matrículas. De esta forma, en cada lectura se dispone de varias imágenes relacionadas con el vehículo y el conductor, que también se guardan en la base de datos.