URBANIZACIONES

Vivir en una urbanización a las afueras de las grandes ciudades, en chalés o casas unifamiliares con jardín e incluso piscina o instalaciones deportivas comunitarias, aporta a los vecinos la comodidad y el relax que la ciudad no les ofrece. A pesar de que, al mismo tiempo, les expone a problemáticas de seguridad que afectan a toda la comunidad de propietarios y que requieren tomar medidas conjuntas para evitar robos y asaltos a las viviendas.

El primer objetivo de seguridad en urbanizaciones es tener un control eficaz de quién transita por sus calles y quién accede a cada vivienda. Lo que implica que en todos los accesos de la urbanización exista un punto de control y que el perímetro de la zona esté vigilado con los mecanismos oportunos para evitar el acceso a la zona de personas no autorizadas.

El compromiso de los propietarios es primordial a la hora de acreditar a las personas (amigos, familiares, trabajadores, etc.) y vehículos a los que ellos autorizarán la entrada al conjunto de la finca. Son muchas las personas que pueden tener acceso a ella y disponer de llaves de entrada, por eso los sistemas de control de acceso permiten controlar los dispositivos de apertura perdidos y desautorizar el acceso a cualquiera que pretenda utilizarlos después de dar aviso de su pérdida.

En cuanto a las viviendas, el sistema TRI-C de Accesor asegura que solo las personas que dispongan de llaves electrónicas podrán abrir, a su paso, puertas de jardines, casas y garajes sin necesidad de recurrir a llaves convencionales, tan solo por la proximidad de sus mandos con estas puertas.

Controlar los vehículos que entran en las zonas residenciales, reduce enormemente la entrada de desconocidos y, en consecuencia, las incidencias delictivas. Al mismo tiempo, la instalación de sistemas de bolardos o barreras en las entradas, solo para autorizados, crea una protección muy importante frente a robos y asaltos sin restar comodidad de los vecinos.